Tuvimos suerte, sopló viento a favor, llenamos el tanque de nafta y partimos camino hacia el paso Internacional Austral:
Debido a la ausencia de señalización por parte de los chilenos con indicación camino hacia Ushuaia, si si, tal cual lo leéis, ni tan solo una señal donde pusiera USHUAIA, fuimos a parar a la ciudad más austral de este país, Punta Arenas, donde tuvimos que cruzar el Estrecho de Magallanes en una balsa con una duración de dos horas hasta llegar a la isla.
Estrecho Magallanes
Pasamos noche en el paso San Sebastian (paso fronterizo a Argentina) junto a los carabineros, refugiados del viento y del frio y a la mañana siguiente partimos dirección sur e hicimos una parada en Rio Grande,
donde era inevitable pasar sin hacer una parada y pescar en el famoso Rio Grande donde según nos habían contado se pescaban truchas de hasta 14 kilos… Pero queridos amigos, no lo van a creer, pero toda la fama que tiene la Patagonia por sus truchas, no hemos pescado ni una.
Nos levantamos, lucía el sol y el viento había amainado un poco, así que decidimos coger nuestros tarritos (medio de pesca) y acercarnos a la orilla del río, con tan buena suerte, que empezó a nublarse y de repente a caer unas bolas de granizo increibles, así que ese fue todo nuestro día de pesca… tendremos que esperar otro momento.
Ahora como no podemos pescar nos estamos entrenando para tal vez cuando lleguemos a Ushuaia, deshacernos del coche y andar con este vehículo hasta Alaska…. jejejeje.
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