Último día del Ramadán.
Nuestro
siguiente destino: Tagazhout. “Principal” destino de surf del país.
Aquí
nos instalamos en un camping varios días ya que teníamos que esperar a que
celebrase el fin del Ramadán, para
poder ir a Agadir donde tendríamos que intentar solucionar el cambio de
manguera de gas para poder utilizar las bombonas marroquíes.
intrucciones de vestimenta para entrar a la piscina... |
vistas desde la piscina del camping |
las cabras en el arbol del Argan |
árbol del Argan |
autopista hacia Sidi Kaouki.. |
te apartas... o te aparto... |
Después
de tres días de celebración del fin del Ramadán nos dirigimos a Agadir donde
nos solucionaron sin problema el tema de las bombonas de gas.
Y
de Agadir a Sidi Ifni, antiguo pueblo portuario español, donde muchos de los
habitantes te reciben muy cordialmente hablándote en español.
Seguimos nuestro camino hacia el sur por toda la costa atlántica pasando por Tan Tan, donde el control policial ya era más exhaustivo y donde anteriormente parecía que a los extranjeros no paraban, aquí ya nos empezaron a parar y a pedir hasta el seguro del vehículo; era la primera vez en todo el viaje, y mira que habíamos pasado controles…
A
partir de aquí ya empezamos también a notar la escasez de agua potable. Y donde
nos encontrábamos a niños al lado de la carretera pidiéndote agua.
Si
preguntamos a cualquier marroquí, insistirá en que éste es su país, aunque la
ONU tiene claro que todavía está en litigio.
Es
uno de los territorios con menos densidad de población del mundo, pero cuyo
entorno tiene fosfato, petróleo y pesca, factores muy significativos en la
disputa.
En
el siglo XIX los amos del Sahara Occidental fueron los españoles y lo
bautizaron como Río de Oro (aunque no había ni agua ni oro).
Cuando
España se retiró en 1975, tanto Marruecos como Mauritania reclamaron esta
región, aunque Mauritania pronto se retiró.
En
noviembre de este mismo año, el rey Hasan II organizó lo que se llamó la Marcha
Verde: 350.000 marroquíes fueron hacia el sur para reclamar el Sahára
Occidental para Marruecos.
La
ONU medió en el año 1991 un alto al fuego, pero el prometido referéndum donde
los saharauis tendrían que elegir entre la independencia y la integración en
Marruecos, todavía no se ha decidido.
Desde
esta fecha, Marruecos se ha dedicado a reforzar su influencia en este
territorio y ha invertido en infraestructuras y sobre todo atrayendo a
marroquíes del norte para que puedan vivir aquí libre de impuestos.
Esta
disputa parecía adormecida hasta finales del 2010 donde cerca de El Aaiún hubo
enfrentamientos debido a protestas y donde hubo más de 700 heridos saharauis.
Dicho
todo esto, según todas las informaciones vendidas, se recomienda no viajar por esta región. Se
recomienda evitar El Aaiún en particular ya que esta ciudad fue el centro de
los enfrentamientos y sobre todo por los numerosos controles policiales y
militares.
Ojo
cuando te paran a la entrada de El Aaiún y te preguntan cuál es tú profesión y
tú próximo destino. Si la policía sospecha que eres fotógrafo, periodista, voluntario
o trabajador de proyectos de desarrollo, te podrían perseguir, detener, y hasta
deportarte.
Con
pasaporte español, la policía es más crítica.
Ojo
también con fotografiar alguna de las instalaciones militares o visitar los
campos de refugiados de los alrededores donde todavía viven muchos saharauis.
A
partir de El Aaiún hay muchos controles policiales y militares, donde además
del pasaporte, te piden una ficha que os
recomiendo que llevéis ya hechas, con todos los datos del pasaporte y del
vehículo (que se la quedan ellos).
La
policía suele vigilar más a los visitantes de El Aaiún que a los que se dirigen
a Dakhla.
Y
ahora os contamos nuestra experiencia viajando por el Sahara Occidental: es
verdad que a partir de Tarfaya, los controles militares son mucho más notorios
que en el resto de Marruecos, pero en ningún momento hemos presenciado ninguna
situación alarmante.
Sí
que es cierto, que al llegar a El Aaiún hay como tres controles policiales
donde insisten sobre todo en cuál es tu destino y si vas a entrar a la ciudad.
Como
nuestro destino era Dakhla, no tuvimos ningún problema, ni tampoco cuando le
dijimos que no íbamos a entrar en El Aaiún, así que nos hicieron continuar
nuestra marcha. Pero claro, como no íbamos a tener una nueva anécdota con
nuestro querido GPS….: izquierda…. derecha… por allí decía centre ville… por
allá no sé qué… en resumidas cuentas, en el centro de la ciudad que nos
plantamos….
No
os puedo poner ninguna foto de la ciudad ya que a decir verdad, no me animé a
sacar la cámara en ningún momento; ya teníamos bastante en encontrar la
carretera para seguir hacia el sur.
Por
fín salimos de El Aaiún, y es verdad que nos sorprendió sobre todo la
infraestructura de la ciudad y también la guarnición elevada de militares con
sus Hammer recorriendo todas las grandes avenidas.
Uno
de los beneficios es que a partir de Tarfaya la gasolina cuesta un par de dirhams
más barata que en el resto de Marruecos. 6.20 MAD por litro de gasoil (0.60€).
Seguimos
ruta, ya que aún nos quedaban unos 550 km hasta llegar a Dakhla.
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